MANIFIESTO DE EDUARDO GALEANO.
Salud. Renio.
La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se aleja ¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos por un ratito, al fin del milenio, y vamos a clavar los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible?
El aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones;
la gente no será manejada por el automóvil ni será programada por la computadora ni será comprada por el supermercado ni será mirada por el televisor;
el televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia;
la gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar; se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez que cometen quienes viven por tener o por ganar en vez de vivir por vivir no más, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega;
en ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo;
los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas;
los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas;
los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos;
el mundo ya no estará en guerra contra los pobres sino contra la pobreza y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra;
la comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos;
nadie morirá de hambre porque nadie morirá de indigestión;
los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle;
los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos;
la educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla;
la justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, volverán a juntarse bien pegaditas, espalda contra espalda;
en Argentina, las locas de la Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
La perfección... la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses, pero en este mundo chambón y jodido, cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero.
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Increible manifiesto...quien esté libre de culpa que tire la primera piedra, felicidades, me ha gustado mucho, ojala algún día el sueño se convierta en realidad y ser madre sea también que nadie tenga piedras que tirar porque la humanidad las disolvió junto a cualquier utopía.
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